
El tercer planeta de nuestro Sistema Solar, es la Tierra, lugar de privilegio dentro del Sistema Solar en el que habitamos.
El nuestro, es el único planeta dentro del Sistema Solar, cubierto en su mayor parte por agua, así como también es el único que posee una atmósfera que está compuesta principalmente de nitrógeno y oxígeno. Su temperatura, variada pero aceptable para la vida de la forma que nosotros la concebimos, oscila de -50 ºC a 50 ºC, siendo la media 22 ºC. El agua, ha formado un sistema de circulación y erosión único en el Sistema Solar. El planeta en el que habitamos, es una rareza que aún no encuentra un modelo similar ni en nuestro Sistema Solar ni en otros sistemas que se van descubriendo, tan lejanos, que parecen inalcanzables.
De los planetas interiores, el nuestro es el único que posee un gran satélite: la Luna, Marte posee dos satélites naturales, pero ambos son pequeños.
Siendo el nuestro el más grande de los planetas interiores, es también el que posee mayor densidad. Su edad ronda los 4.600 millones de años.
Nos encontramos a unos 150 millones de kilómetros del Sol. Periódicamente, se producen glaciaciones, la última sucedió hace 10.000 años. No se conoce con certeza el motivo de las mismas, podrían producirse por leves variaciones en el Sol, no obstante, la teoría más aceptada, es la del científico yugoslavo Milutin Milankovic (1879-1958), a causa del cual se ha dado en llamar a determinados ciclos "los ciclos de Milankovic", el cual atribuye las eras glaciales a una serie de pequeños movimientos, toma en cuenta por ejemplo, el período de rotación de la Tierra, que no es constante, existen variaciones así como un "alargamiento" que es causado por la fricción de las mareas del océano contra el fondo marino, efecto que se debe en esencia a la Luna, así como el de traslación alrededor del Sol. La inclinación del eje de la Tierra tiene 23,5º, pero esta cifra sufre una variación en un largo período, oscilando entre los 21º a 24,5º lo que nos dice que cuanto más se inclina el eje de la Tierra, las estaciones de nuestro planeta varían teniendo inviernos más fríos y veranos más calurosos. También se debe tomar en cuenta, que nuestra órbita alrededor del Sol, no es un círculo, lo que hace que algunas veces estemos más cerca del Sol y otras más lejos, ésta forma de la órbita de la Tierra, a veces se alarga aún más o se acorta en un período de tiempo que va de 100.000 a 400.000 años, en este caso, la Tierra se encontraría tan alejada del Sol, que no recibiríamos los rayos solares del mismo modo, así la temperatura puede bajar dramáticamente. Los periodos interglaciares tienen una duración media de 10.000 años.

Imagen superior: Imagen gráfica de la inclinación del eje terrestre respecto de la vertical.
La Tierra: ¿Un planeta de agua?
No podemos dejar de lado en este resumen sobre el planeta Tierra, el origen del agua y el importantísimo papel que juega en la vida sobre nuestro planeta.
La Tierra, es el planeta de nuestro Sistema Solar donde casi el 70% del mismo se encuentra cubierto por el agua que conforma los océanos. Esto se debe a la combinación de la abundancia de este compuesto químico en el Sistema Solar, el hidrógeno, que es el elemento más abundante del Universo y el oxígeno, uno de los más comunes en las reacciones nucleares que se producen en el interior de las estrellas. A esto, se agrega que, la atmósfera terrestre crea en la superficie condicones de temperatura y de presión cercanas al punto triple del agua, o sea, el estado termodinámico que hace posible la presencia simultánea de un compuesto en sus tres estados: sólido (el hielo de los casquetes polares y de los glaciares), líquido (el agua de los mares que es salada, el de los ríos que es dulce, el agua del subsuelo y las gotas que forman las nubes en la baja atmósfera), gaseoso (vapor de agua que se encuentra presente en la atmósfera).

Imagen superior: Rompehielos A.R.A. Alte. Irizar fondeado en el borde norte la Caleta Potter (Base Jubany). (Imagen gentileza Instituto Antártico Argentino).
Aunque a simple vista el nuestro, parezca un "planeta de agua", en realidad solo conforma una limitada parte del volumen terrestre. El hielo, el agua dulce y el agua atmosférica, constituyen solo una fracción prácticamente pequeña del volumen total.
Debemos hacer notar que el agua, pasa constantemente de un estado al otro, es así como tienen lugar los llamados ciclos hidrogeológicos. El agua de los océanos absorbe una fracción considerable de la radiación solar, sobre todo en el espectro rojo e infrarrojo, es así como observamos el característico color azul de los océanos, que viendo la Tierra desde el espacio, le da ese aspecto de un punto azul pálido. El agua marina, calentada por el Sol, es una tremenda reserva de calor que se difunde en la baja atmósfera y atenúa las variaciones de temperatura entre la noche y el día y entre las estaciones. Las diferencias de temperatura entre las zonas a distinta latitud, origina las grandes corrientes marinas como la del Golfo y hacen que el agua se congele formando casquetes perennes.

Imagen superior: Campamento científico en la Antártida Argentina (Imagen gentileza Instituto Antártico Argentino).
En la superficie del mar, el agua se evapora y este vapor condensado en el aire, forma las nubes que son tan notorias en las estupendas imágenes que recibimos desde el espacio de sondas, telescopios espaciales y astronautas. La condensación es de gran importancia porque es determinante en la variación de la temperatura atmosférica en la altitud y en la dinámica de los vientos y los sistemas meterológicos.
Las lluvias, son las encargadas de distribuir el agua dulce continental, detalle indispensable para la vida en las partes de tierra que emergen de los océanos. Sin embargo, una parte del agua de las lluvias, se evapora nuevamente y pasa otra vez a la atmósfera, otra parte, la absorben los vegetales y todos los demás organismos vivos.
El agua continental, erosiona y disgrega las rocas, así se va modificando la superficie de los continentes. Este material, es llevado a los mares, allí forman sedimentos que se van acumulando y cimentado, así se convierten en rocas sedimentarias que suelen volver a emerger formando nuevos islotes o montañas.
El vapor de agua, contribuye en el efecto invernadero, el mismo, a través de miles de millones de años impide que nuestro planeta quede cubierto de hielos eternos. También, las superficies heladas, la nieve y las nubes, tienen un gran poder reflectante que devuelve al espacio una parte interesante de la luz solar, impidiendo de este modo, el calentamiento en exceso del globo terráqueo.
Composición interna de la Tierra
(Imagen NASA).
La Tierra es también única dentro del Sistema Solar al presentar una tectónica de placas activa, posiblemente, Marte y Venus hayan tenido en el pasado una actividad similar.

Imagen superior: Fantástica foto obtenida el 24 de febrero de 2009 con cámara digital Nikon D2Xs con lente de 180 milímetros, proporcionada por el equipo de la ISS de la zona de Chile donde se encuentra el volcán Chaitén, puede observarse la erupción del mismo.(Image NASA/JSC).
¿Qué forma tiene nuestro planeta?
En la antigüedad, se creyó por ejemplo que la Tierra tenía la forma de un disco achatado, como un plato rodeado de agua, así la imaginó Homero (poeta griego s.VIII a.C). Tales de Mileto (630 a.C al 545 a.C), matemático, astrónomo y filósofo, también la imaginó como un disco chato que descansaba sobre agua. Es Aristóteles quien la define como una forma esférica debido a la observación que hace de los eclipses de Luna, observa que la sombra que se proyecta sobre nuestro satélite, es circular.

Imagen superior: Ilustración de la forma en que Tales imaginaba la Tierra, un disco plano rodeado por el océano, pero que además flotaba sobre éste. (Foto: Archivo Orbis).
A fines del siglo XIX ya se dudaba que la Tierra tuviera una forma perfectamente esférica, entrando en la consideración que la misma tenía forma esferoide pero irregular.
Hoy, gracias a la tecnología adquirida durante el siglo XX, sabemos que su forma es achatada en los polos, el ecuador se engrosa unos kilómetros; el polo norte está dilatado unos metros y el polo sur está hundido también unos metros. Para conocer la forma exacta de la Tierra se ha desarrollado una ciencia: la Geofísica.
Origen mitológico griego del nombre Tierra (Gea)
Hesíodo (poeta griego, siglo VIII a.C), cuenta que en el principio sólo existía el Caos, abismo sin fondo, espacio abierto sumido en la oscuridad.
De algún modo que no se explica. De él, nació Gea (la Tierra); el Tártaro, sombrío lugar de las profundidades; Eros (el Amor); el Erebo, vasta extensión de tinieblas; y la Noche.
De la unión de la Noche y las Tinieblas, nacieron el Éter, parte superior de la atmósfera, y el Día.
La Noche, por sí sola, engendró a Tánato (la Muerte), a Hipno (el Sueño), y otras divinidades más, como por ejemplo, las Hespérides o hijas del atardecer, que vivían en la zona más remota del Oeste y eran las guardianas de un árbol poblado de manzanas de oro. También se encuentran entre los hijos de la Noche, las Moiras o Parcas, que son las defensoras del orden cósmico, representadas como hilanderas que rigen con sus hilos los destinos de la vida.
En la mitología griega, tras tremendas luchas cósmicas, Zeus, consigue ser el vencedor y ser así el supremo poder del Olimpo, convirtiendose en el dios de la luz del día, del cielo y de los fenómenos atmosféricos. De infinita sabiduría, detenta un poder sin límites rigiendo los destinos del Universo. El es quien preside la mayoría de los sucesos mitológicos que en abundancia pueblan el cielo, dieron nombre a planetas he infinidad de asteroides.

Imagen superior: La derrota de los Titanes (Museo del Prado, Madrid).