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 EDITORIAL
 28 agosto 2007

 

Días de furia

Este mes de agosto que ya nos deja, nos trajo más que un desastre natural y otros "ayudados" por el hombre.

La naturaleza violenta, levantó desde el Océano Pacífico el 15 de agosto una oleada de pánico y horror en Perú, un terremoto de gran magnitud asoló la costa peruana dejando destrucción, muerte y horror en segundos. La ciudad de Pisco y Ica fueron el punto donde más se hizo sentir la furia de la Tierra, el epicentro del fenómeno se produjo en las profundidades del mar. La imprevisión habitual hace que el dolor que causa la pérdida de vidas humanas, se haga extensivo en el tiempo debido al sufrimiento que deben padecer los sobrevivientes. Perú, castigado por el terremoto, siente la indiferencia de sus gobernantes que llegan con magra ayuda días después de provocado el desastre a pesar de tener bodegas atiborradas de mercadería, abrigo y todo lo necesario para paliar la situación.

Mientras tanto, la temporada de huracanes comenzó su trabajo que va de los meses de agosto a noviembre y hasta suele extenderse a diciembre, azotó las costas orientales de China el tifón "Sepat" mientras que el huracán "Dean" hacía de las suyas en el Caribe, impactó primero la península de Yucatán con categoría cinco, la máxima en la escala Saffir-Simpson, y un día después al estado de Veracruz (Golfo de México) con categoría dos, con saldo de unos doce muertos y daños materiales en esas zonas y en estados del centro del país, afectados por las lluvias.Un total de 2,3 millones de hectáreas forestales fueron afectadas en ocho estados del país.

El ojo del huracán "Dean" pasó al sur de la isla caribeña de Jamaica con devastadores vientos sostenidos de más de 230 kilómetros por hora y causó importantes daños e inundaciones así como muertes.

La mano "mala" del hombre: Grecia en peligro

La combinación de la naturaleza humana y la de nuestro planeta, parecen ser un material explosivo cuando se unen. Grecia, no es ajena a esta cadena de desastres, un verdadero infierno de fuego azota a casi medio país cobrando vidas y dejando dolor y desolación a su paso. Pero esta vez, la mano del hombre parece haber contribuido a crear focos de incendio que parecen querer ahora devorarse a una de las cunas de la Historia de la Humanidad.

Vivimos en este pequeño planeta azul que porque está vivo se agita con violencia muchas veces, pero ese es el riesgo que implica vivir en el, lo lamentable, es el riesgo que provocamos nosotros mismos, los seres humanos. Ante tamañas actitudes como la indiferencia ante el sufrimiento de quienes al dolor de la muerte de sus seres queridos y los miles de heridos, deben sumar la falta de viviendas, de agua potable, de alimento,quienes provocan incendios incontrolables que también se cobraron vidas, arrasando casas, tierras y posiblemente se lleven los preciados tesoros que guarda nuestra querida Grecia, pienso: Quienes provocan y ayudan a avivar el fuego de los desastres, ¿Pensarán mudarse a otro planeta? Qué pena tan grande! Tal vez sea tarde cuando reaccionemos y nos demos cuenta de lo que hemos perdido por nuestra propia culpa.


Silvia Smith
Directora Editora

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